DIOSES DE LA ENÉADA

ISIS LA GRAN MADRE, SEÑORA DE LA MAGIA

Isis Madre de todos los dioses con un gran poder mágico, y por tanto, madre simbólica del rey. Fue la deidad femenina más popular del Antiguo Egipto y el último de los dioses en desaparecer, cuando Justiniano ordenó clausurar en 535 a.C. su templo en la isla de Filé, situado a la altura de la primera catarata del Nilo. Hermana y esposa de Osiris, hija de Geb y de Nut, y madre de Horus, era adorada como la divinidad principal y en su honor se construyeron numerosos templos y se le adjudicaron atributos de todas las divinidades femeninas, que a su vez eran representaciones suyas.

También fue llamada la «Gran Maga», y es símbolo de la fidelidad conyugal, incluso más allá de la muerte, y protectora de la familia. Su nombre en egipcio, Aset (o Esi), significa «trono». En Grecia y Roma fue asociada a Démeter. El jeroglífico que forma el nombre de Isis sirve también para escribir la palabra morada o estancia.

ICONOGRAFÍA

Una mujer joven con el porte de una reina y el símbolo del trono y de su nombre en la cabeza, a modo de corona. Este signo, que tiene la forma de un trono sin brazos, se llama ast, que significa asiento, de ahí que también se denomine «asiento de Horus» y representa que Isis es protectora de la monarquía. Isis también aparece con cuernos de vaca y el disco solar cuando actúa como diosa solar. Como madre de Horus aparece en forma de mujer amamantando al dios, y más adelante, como mujer con cabeza de vaca (Isis – Hathor). En su representación animal aparece como una vaca o un milano (sobre el cuerpo de Osiris ). Durante la Baja Epoca (dinastías XXIV a XXX) proliferaron las imágenes de Isis con su hijo Horus (Harpócrates) en el regazo, tanto en estatuas votivas como en amuletos protectores, a la manera de la Virgen cristiana con el niño Jesús, que pudo inspirarse en esta imagen de Isis.

Uno de sus símbolos es el « nudo de Isis (tyet o tyt) amuleto hecho de materia vegetal a modo de faja con un lazo o nudo en la parte delantera que cae a ambos lados. Está relacionado con el anj, símbolo de la vida y de los poderes real y divino. En el Libro de Los Muertos, el nudo de Isis aparece hecho de jaspe rojo, símbolo de su sangre, de ahí que también se llame «sangre de Isis», y representa la protección de la diosa. A partir de la dinastía XVIII se convierte en adorno frecuente del cinturón de los dioses.

Como madre, también puede ser representada como una cerda, y entonces se llama «La gran cerda blanca de Heliópolis». Como madre del toro sagrado de Menfis aparece con forma de vaca. Otro símbolo religioso asociado a Isis es la llamada «pecho de Isis», un vaso de forma peculiar utilizado para las ofrendas de leche y agua en las ceremonias.

También es frecuente hallarla acuclillada, con los brazos extendidos sosteniendo unas grandes alas protectoras. En la estela de Amenemose, del Museo del Louvre, toma la forma de un papagayo que da sombra a Osiris con su plumaje, a la vez que le da aliento con el aire que levanta batiendo las alas. En algunas estatuas está de pie, con los brazos adelantados, de los que salen unas grandes alas hacia su esposo Osiris, al que quiere dar protección. A veces con su hermana Neftis en la misma situación. En Dendera y Abidos aparece como un milano fecundado por el pene de Osiris, mientras ella bate las alas. Sobre las representaciones de Isis hay que decir que sucede algo parecido a Horus y a Hathor, que existían numerosas variedades locales, pues la diosa se identificaba con las diosas madre locales.

HISTORIA Y FUNCIONES

El símbolo de Isis aparece en la I dinastía, pero su origen es un misterio. Probablemente empezó siendo adorada en el Bajo Egipto, donde se gestó la mitología osiríaca, como diosa madre o diosa del cielo en localidades como Behbet el – Hagar, donde mucho después Nectánebo II (dinas tía XXX) construyó un templo en su honor. Muy pronto fue considerada diosa de la gestación y el nacimiento, de las madres y de los niños, guardiana y fundadora de la institución familiar, aunque naturalmente viuda, pues su esposo Osiris seguía su periplo en el mundo subterráneo.

Aún así, era considerada diosa protectora de los muertos y una de las cuatro plañideras junto con Neit, Neftis y Serket, que lloraban por el difunto y protegían los órganos internos guardados en los vasos canopos. A ella le correspondía el vaso de Amset, que guardaba el hígado. Esta relación con los muertos le viene de haber resucitado a Osiris, aunque con ayuda de Thot, después de que su hermano Set lo despedazara.

Por su relación con la magia fue llamada Gran Maga, relacionada con todo tipo de sortilegios, aunque los más conocidos y míticos son la resurrección de su hermano y la curación de Ra. Durante un tiempo, gozó de la compañía de siete escorpiones que la ayudaban a proteger a Horus, a quien devolvió la vista con leche de gacela y algunos sortilegios. Por esto, sus sacerdotes era médicos y magos, pues la medicina de entonces requería de mucha magia y los remedios siempre iban acompañados de conjuros en los que se pedía ayuda a los dioses y se utilizaba algún que otro componente misterioso, como la saliva y la orina de Isis, «la inundación del Nilo entre sus muslos»).

En el Imperio Nuevo llegó a confundirse o a identificarse con Hathor, y se la relacionó con el sicómoro y con el sistro. A veces también es confundida con Sejmet, cuando se la representa con cabeza de leona, pero es raro.

A partir del siglo IV a.C. se identifica con Sirio, la estrella que acompaña a Orión, la representación de Osiris en el cielo que marca el comienzo de la inundación . En esta función sustituye a la diosa Sotis.

Su adoración se extendió con griegos y romanos por todo el Mediterráneo. Sus templos se llamaban “iseum” y superaron en popularidad a los de Osiris . En España hay restos de su adoración en Ampurias . En la península empezó siendo un culto menor que se extendió entre las mujeres a partir del siglo III d. C., y que se acabó organizando en las antiguas Mérida, Córdoba, León, Asturias y Valencia.


LA LUCHA POR EL TRONO EN EL MITO OSIRÍACO

Según el mito Helioplitano de la creación, Atum – Ra creó el mundo y dio lugar a Shu y a Tefnut, de éstos nacieron Geb y Nut, y de Nut nacieron, en los días epagómenos, Osiris , Isis , Set , Neftis y Horus. Osiris e Isis eran hermanos y esposos. Osiris, como primogénito, gobernó durante un tiempo junto con Isis, enseñándole a los humanos los secretos de la agricultura, hasta que fue asesinado por su envidioso hermano Set, y arrojado al río.

Entonces, Isis partió en su busca, pero antes dejó a su hijo Horus en una escondida población del delta. En esta versión de los hechos, Horus había sido concebido por Isis y Osiris mientras éstos aún estaban en el vientre de Nut, y alumbrado en Jemnis, entre los papiros del rey en el delta. De aquí las representaciones de Isis dando de mamar a Horus, que está sobre sus rodillas, y por ende al rey, ya que éste no tardaría en ser una personificación de Horus.

Después de la muerte de Osiris, Isis y su hermana Neftis lloraron. transformadas en papagayos e Isis partió en busca de su esposo y hermano. Encontró el cuerpo sin vida en una ciudad de Asia Menor y cuando volvió a Egipto lo dejó escondido mientras iba en busca de su hijo, pero Set lo encontró en ese intervalo y lo cortó en pedazos. Isis, que no se desanimaba por nada, buscó los trozos y los recompuso, excepto el pene, que había sido comido por un pez. Entonces, con la ayuda de Anubis y Thot, realizó la primera momificación conocida y le añadió un pene de barro. Aquí, el mito tiene varias versiones, pero en la más delicada, Isis se transforma en un halcón milano que, batiendo las alas sobre el cuerpo inmóvil y por medio de la magia, le devuelve la vida a Osiris, con el que copula y del que queda embarazada.

De aquí surge uno de los Horus que los egipcios adoraban en brazos de su madre (Harsiese o Harpócrates). En otra variante se cuenta que Isis quedó embarazada de Horus al probar la uva, el árbol de la vida, y que Osiris había nacido de la misma manera. Cuando el niño Horus crece, Isis lo prepara para que recupere el trono que le corresponde por derecho de sucesión. Llegado el momento, se presentan ante Ra y le piden un juicio para determinar a quién pertenece el trono realmente. El juicio se celebra en la Gran sala de Geb y después de una lucha que posee numerosas versiones, el trono acaba siéndole concedido a Horus.

Isis tiene una importante participación en este juicio. Desde el primer momento se muestra tan incisiva que Set exige celebrar las reuniones en un lugar apartado al que ella no tenga acceso, pero Isis accede a la isla del Medio y le engaña haciéndose pasar por una anciana. Después del juicio se entabla una dura batalla entre Horus y Set en la que Isis tiene también una destacada actuación. En dos ocasiones, capturado por Horus en el campo de batalla y asediado por Isis en el río como un hipopótamo, Set aparece derrotado y a punto de morir y en ambos Isis le perdona la vida, desatando las iras de su hijo, que le corta la cabeza. En ambos casos, que son versiones distintas del mito, Ra envía a Thot para que le ponga una cabeza de vaca. En otra ocasión, Horus pierde los ojos, e Isis , la Gran Maga, se los repone echando leche de gacela en sus cuencas .

"Hemos visto un mundo que fue, o acaso mejor, una sucesión de mundos que fueron y ya no son. Pero las piedras hablan y en ellas los signos están escritos”

(Juan Marín, El Egipto de los Faraones, 1954: 380).​