MISIÓN

La Sociedad de Estudios Egiptológicos de Chile tiene como misión la investigación científica, la preservación patrimonial y la difusión cultural del Antiguo Egipto.

OBJETIVOS

Fragmento de anotaciones del cuaderno de campo de la Dra. Grete Mostny (1930).

El estudio del Antiguo Egipto permite acceder a la génesis del conocimiento histórico de nuestra civilización contemporánea, debido a los innumerables aportes de la cultura egipcia al desarrollo de la humanidad. De allí que la investigación arqueológica y de conservación representa la herramienta por excelencia que posibilita científicamente desentrañar la vida humana del pasado, entre ella, del Antiguo Egipto. Por consiguiente, cualquier esfuerzo académico por profundizar y acrecentar nuestra aproximación a los estudios egiptológicos, constituye una contribución científica, aunque sea realizada lejos de las tierras del Nilo, pero salvaguardando los actuales requerimientos académicos de un proyecto de investigación y conservación.

En esta dirección, la Sociedad de Estudios Egiptológicos de Chile, es una institución científica que orienta sus objetivos a desarrollar investigaciones arqueológicas, antropológicas, bioantropológicas e históricas, como también trabajos de conservación y actividades diversas de difusión. También se encuentran en nuestros objetivos la realización de charlas, seminarios, talleres, simposios, cursos, exposiciones, publicaciones de difusión y académicas, participación en fondos concursables y en financiamiento de proyectos de su competencia a nivel nacional e internacional.

Estos objetivos no sólo se centran en conocer e investigar este importante patrimonio cultural, sino sentar las bases y la continuidad de los estudios egiptológicos en Chile, siguiendo la senda dejada por el Dres. Rodulfo Amando Philippi, Grete Mostny y Juan Marín y por los profesores Mario Orellana y Mario Castro. para las futuras generaciones de los amantes del antiguo Egipto en Chile y el mundo.

"Hemos visto un mundo que fue, o acaso mejor, una sucesión de mundos que fueron y ya no son. Pero las piedras hablan y en ellas los signos están escritos”

(Juan Marín, El Egipto de los Faraones, 1954: 380).​