DIOSES DE LA ENÉADA

OSIRIS, SEÑOR DEL INFRAMUNDO

Osiris Dios y rey de la Duat, el mundo subterráneo. Miembro de la Enéada Heliopolitana. Nacido de Nut, la tierra, en uno de los cinco días epagómenos, como hermano de Isis, Set, Neftis y Horus el Viejo, padre a su vez de Horus el niño (Harpócrates). Era esposo de su hermana Isis. Como primogénito, fue dios y rey en la tierra antes de ser asesinado por su hermano Set y resucitado por su esposa Isis como dios del mundo subterráneo. También es dios de la vegetación, símbolo de la semilla que muere para renacer en forma de espiga. Durante el Imperio Nuevo se hacía un figura de Osiris incrustada en un madero (el lecho de Osiris), luego se rellenaba el hueco con tierra y se ponían varias semillas de cereales. El conjunto se ponía en las tumbas y su germinación simbolizaba el renacer. Se dice que Osiris descubrió el trigo y el vino, y que recorrió el mundo para propagarlo. El culto de Osiris es un culto funerario, puesto que aunque reinó durante un tiempo en la tierra, su reino está separado completamente del mundo de los vivos. Su muerte y resurrección en el otro mundo serán asumidas por el rey, que se imagina para sí un proceso similar. Preside el tribunal de la Sala de las Dos Verdades donde se pesa el corazón.

 

ICONOGRAFÍA

Un hombre envuelto en un sudario del que sobresalen las manos para sostener los cetros del poder, el cayado y el flagelo. Lleva también una corona distintiva, conocida como Atef, formada por una alta pieza central de forma cónica con una pluma a cada lado, a la que se añaden, desde el Imperio Nuevo, dos ureos, el disco solar y dos cuernos de carnero retorcidos y horizontales.

Sus primeras representaciones se encuentran durante el reinado de Isesi (dinastía V) como una plataforma con la cabeza y el torso superior de un dios , sobre el que se colocaban los símbolos jeroglíficos del nombre de Osiris.

En algunos casos, se muestra sin sus vendajes de momia. Su rostro puede ser blanco, verde o negro según represente la momia, tierra fértil o las plantas y como símbolo de renacimiento. Se ha representado a veces como un pilar djed, simbolizando la columna vertebral del dios, y en sus diferentes encarnaciones animales como un cocodrilo, un toro negro, el carnero sagrado de Mendes, el pájaro Benu, un chacal, una garza, un halcón o un pez.

En su representación más simple, lleva la corona blanca de Abidos y el sudario de momia del que sobresalen los brazos, cruzados sobre el pecho. Osiris también es representado como un ojo y un cetro. Según Plutarco, su nombre significa «que posee muchos ojos», pero también puede ser «la potencia de Ra».

 

ORÍGENES DEL MITO

El origen del mito no se conoce demasiado bien. Osiris aparece como un culto agrario universal que se superpone a los cultos locales de los nomos en el delta del Nilo. Como dios de la fecundidad, se convierte en dios del Nilo y la navegación. Como dios y señor del mundo, aparecen muchas declamaciones en su honor en los Textos de las Pirámides, donde se le considera el dios que abre las flores, el dios de las riberas, de los campos verdes, de la inundación, del grano. Osiris enseñaba a los hombres la manera de vivir equilibradamente de la agricultura y en paz con la familia y el estado. Pero los egipcios eran conscientes de que después del verano, todo muere, y después de esa muerte invernal, todo vuelve a renacer en primavera, de manera que tenía que haber un dios detrás de la muerte, en el mundo subterráneo, donde todo se preparaba para ese resurgir.

Con el tiempo y a partir de leyendas extraídas de los navegantes que viajaban al puerto sirio de Biblos, Osiris pasó de ser un dios agrícola a ser el dios del mundo subterráneo y a integrarse en la Enéada Heliopolitana, donde fue el dios de la tierra hasta que su hermano Set lo asesinó y su mujer Isis lo hizo resucitar convertido en el dios del otro mundo. La asociación de Osiris con la realeza empieza cuando Andyety asume el poder en la ciudad de Busiris, en el Bajo Egipto. Busiris se llamaba entonces Per-Usir, que significa «Templo o casa de Osiris». Inmediatamente, Andety, considerado un dios local según algunos autores, con vierte a Osiris en su dios principal. Poco después, esta ciudad domina todo el delta, y otras ciudades, como Metelis, donde se adoraba al dios monte Ha, y Mendes , donde se adoraba a Jnum, el carnero, optan por Osiris. El rey de Busiris (actual Abusir), se considera el representante del las demás ciudades lo aceptan у pacíficamente, como un pacto entre los sacerdotes y la realeza .

El predominio de Busiris y su dios hacen también que Osiris se integre en el sistema cosmogonico de la ciudad religiosa por excelencia, Heliópolis, donde se convierte en el dios que preside las ofrendas. A partir de aquí, los demás dioses locales se adaptan al culto a Osiris, Thot , de Hermópolis, Anubis, de Behedet, y Upuaut, adorado en Buto, y muy pronto se forma una confederación en torno a ese culto en todo el delta.

 

Cuando Letópolis, situada en la cabecera del delta, sustituye a Busiris en el dominio de la región, su rey se hace consagrar en Heliópolis por los sacerdotes, y después de su muerte es divinizado. A continuación, el dominio pasó a Buto, situada en el delta, y por primera vez se estableció una única monarquía para todo el delta. Mientras tanto, río arriba, en el sur, en las tierras desérticas, gobernaba Set, el hermano que había matado al dios Osiris, región con la que se estaría en guerra hasta la unificación y su integración en el mito.

Osiris fue considerado un gran rey de un tamaño gigantesco acorde a su poder. En Dendera se le asignaron ocho codos, seis palmos y tres dedos, es decir, algo más de cuatro metros y medio, y en los templos funerarios de todo el país se han hallado estatuas gigantescas, osiríacas. En Dendera también se han hallado textos que hablan de la coronación de Osiris en Heracleópolis, con Thot como visir. En cambio, según otra tradición más clásica es coronado en Heliópolis, donde recibe el cayado y el flagelo.

El Mito Osiríaco se desarrolla a lo largo del tiempo, a medida que los demás dioses se van añadiendo a su mito en el Imperio Antiguo, y aún después, puesto que su culto es universal y en último término es preciso hacer una recopilación. La fuente principal que usaremos aquí es Plutarco, que en libro Isis y Osiris hace una síntesis del mito.

EL MITO DE OSIRIS

La historia empieza con la creación del mundo por parte de Atum – Ra, que da lugar mediante autofecundación a Shu y TEF NUT, el aire y la humedad, y éstos a Geb yNut, la tierra y el cielo, quienes en los cinco dias epagómenos dan lugar a los protagonistas de esta historia: Isis, Osiris, Set, Neftis y Horus . Los cuatro primeros sor hermanos, Horus nace de dos formas , como fruto de Isis y Osiris en el vientre de Nut, más tarde, como fruto de Isis y Osiris en un lugar del delta.

El mito empieza con la boda de Osiris con su hermana Isis, que aportó como dote el nomo XII de Sebennitos, donde se la adoraba . A continuación, ayudado por Upuaut , Anubis y Thot, Osiris partió a la conquista de todo Egipto y descubrió las minas de oro del Alto Egipto. Osiris dio a conocer a los egipcios los frutos de la tierra, los sacó de la ignorancia enseñándoles a respetar a los dioses y se apoderó de todo el país sin apenas usar la violencia. A su vuelta, su hermano Set, que rabiaba por los logros de su hermano, planeó acabar con él. Empezó provocando terribles sequías e hizo que predominara el viento del sur secándolo todo. En el año 28 de su reinado, ayudado por 72 con jurados (que podrían ser las setenta у dos regiones del cielo desde donde soplan vientos perjudiciales ), le tendió una trampa: construyó un cofre a la medida de Osiris y organizó un festín, prometiendo regalar el magnífico cofre a quien se metiera en él y lo encontrara hecho a su medida. Cuando Osiris entró en el cofre, todos los invitados se arrojaron sobre él, lo cerraron con clavos y plomo fundido y lo arrojaron al río.

El día 17 del mes de Athyr egipcio, tercero del año, cuando la inundación ya se acaba, las aguas del Nilo lo arrastraron hasta la llamada puerta Maldita o Tanítica, una ramificación del río, y lo arrojaron en el mar. Cuando Isis se enteró del suceso, se cortó un rizo de los cabellos y se cubrió de luto. En ese lugar se alzaría más tarde la ciudad de Coptos, cerca de Tebas.

A continuación, lo buscó por todas partes, llena de angustia, hasta que encontró a unos niños que habían visto como los amigos de Set lo llevaban hasta la costa por aquel brazo del río. Desde entonces los niños tienen el don de la profecía que les otorga la inocencia.

Isis descubrió por fin que el cofre ha ido a parar a la ciudad fenicia de Biblos, donde se adoraba a Adonis. El cofre fue depositado por la olas junto a un tamarisco, según explica Plutarco. El árbol creció rápidamente y envolvió con su tronco al cofre. Maravillado por el crecimiento de aquel arbusto hasta convertirse en formidable árbol, el rey de aquellas tierras, Malacandro, ordenó que lo cortaran y lo llevaran a su palacio para usarlo como columna. Isis llegó al palacio de este rey e hizo amistad con sus esposa, que la puso al cargo de su hijo. Siempre según Plutarco, y siguiendo una leyenda muy parecida a la de Deméter, diosa griega de los granos y las cosechas, Isis alimentó al niño metiéndole el dedo en la boca. Por las noches lo metía entre las llamas para quemar lo que tuviera de mortal y darle la inmortalidad, hasta que su madre la descubrió, escandalizada. Isis se dio a conocer, abrió el tronco y sacó el cofre de Osiris de interior. Luego, emprendió viaje de vuelta a Egipto con él.

Antes de llegar a Buto, ciudad situada cerca de la boca benéfica del río (en contraposición a la boca maldita que cofre), donde había dejado a Horus, enterró el cofre. Pero Set, que había salido de caza a la luz de la luna, encontró el cofre , reconoció a su hermano e hizo catorce trozos del cadáver, dispersándolos a los vientos. Isis hizo una barca de papiros y partió a buscar los trozos en las marismas. Se dice que desde entonces los cocodrilos no atacan a quien navegue en una barca hecha de papiro.

Isis hizo una tumba en cada lugar donde encontró uno de los trozos, de ahí las numerosas tumbas de Osiris. El único trozo que no encontró fue el pene, que Set había arrojado al río, donde se lo comieron el lepidoto, el pargo y el oxirrinco, peces que por esto inspiran horror a los egipcios.

Isis hizo una imitación del falo de Osiris sobre la que se instituyó un culto. Con esto y los trozos de su marido practicó la primera momificación de la historia, ayudada por Anubis y Thot. Fue entonces cuando Isis, transformada en halcón o milano, quedó embarazada de Osiris por segunda vez mientras aleteaba posada sobre su cuerpo. De esta unión nació Horus niño, el sol naciente que disipa las sombras de la noche.

Sea como sea, Osiris resucitó convertido en el rey de los infiernos, dios del mundo subterráneo del que raramente volvería a salir, excepto para defender o instruir a su hijo Horus. Y así fue, pues cuando el niño tuvo edad suficiente, se dedicó a instruirlo para que se vengara de Set. Cuando por fin estuvo preparado, Horus se enfrentó a Set en un juicio presidido por Ra.

OSIRIS Y EL JUICIO EN LA SALA DE LAS DOS VERDADES

Desde el Imperio Antiguo, Osiris ha presidido el Tribunal de la Verdad como Señor de la Maat. En la Duat, el espíritu del fallecido era guiado por el dios Anubis ante el tribunal de Osiris. Anubis extraía mágicamente el Ib (el corazón, que representa la conciencia y moralidad) y lo depositaba sobre uno de los dos platillos de una balanza. El Ib era contrapesado con la pluma de Maat (símbolo de la Verdad y la Justicia Universal), situada en el otro platillo. Mientras, un jurado compuesto por 42 dioses le formulaba preguntas acerca de su conducta pasada, y dependiendo de sus respuestas el corazón disminuía o aumentaba de peso. Thot, actuando como escriba, anotaba los resultados y los entregaba a Osiris.

LOS NOMBRES DE OSIRIS:

Abundan en el Libro de Los Muertos y en el Libro de Las Horas y son tan abundantes que sólo haremos mención de algunos de ellos. Su importancia radica en que muestran sus funciones y la evolución del dios. Obviamente, las traducciones del egipcio original son muy diversas y es poco probable que haya dos coincidentes, que en estos casos lo importante es el sentido. Algunos de sus nombres o epítetos son: «El rey de aquellos que no están», por los difuntos que resucitan en el otro mundo; «Señor de los vivos»; «Señor de la eternidad»; «Primer occidental», en referencia a sus dominios al oeste del río, el reino de los muertos; «Andyety», por su origen en Busiris; «El de Orión que pasa una temporada en el cielo y otra en la tierra»; «El que está presente en la tienda del dios», como protector del lugar donde se momifican los cadáveres, y, por la misma razón «Presente en la incensación», por el incienso que se quemaba durante el proceso para huir de los hedores del cadáver. Refiriéndose a su propia muerte y momificación se han encontrado términos que traducidos hacen imposible el epíteto en castellano, pero que vienen a significar «Colocado en el sarcofago» o «Metido en las vendas de lino». Otros nombres que se le atribuyen son «El Señor de las dos plumas», «El terrible», «El que ha detenido la masacre de los dos países», «Osiris Señor de Henesu», «Osiris el vendado, preeminente en Avaris», «Osiris gobernador de la eternidad», «Osiris Unnefer», y así un sinfín de variantes, referidas a localidades o aspectos de su poder.

"Hemos visto un mundo que fue, o acaso mejor, una sucesión de mundos que fueron y ya no son. Pero las piedras hablan y en ellas los signos están escritos”

(Juan Marín, El Egipto de los Faraones, 1954: 380).​