DIOSES DE LA ENÉADA

TEFNUT, SEÑORA DE LA HUMEDAD

Diosa cósmica de la humedad , personificación del rocío , diosa madre, diosa leona , Ojo de RA en su aspecto leonino , transfigurada (en periodo tardío) en Sejmet , y sobre todo miembro femenino de la primera pareja creada por Atum, dios creador de la Cosmogonía Heliopolitana, después de emerger del océano primigenio. Cuando Atum emergió del caos primordial, dio origen a Shu (divinidad del aire) con su semen y a Tefnut (la humedad) con su saliva. Es, por tanto, la primera mujer de Heliópolis, quien dará a luz a Geb, la tierra y a Nut. Su nombre significa «La escupida» y se pronuncia con la onomatopeya reservada a la expectoración. También simboliza la órbita celeste del sol.


ICONOGRAFÍA

Mujer con cabeza de leona, el disco solar sobre la cabeza y un cetro “uas” y el “anj” en las manos. También con los cuernos horizontales de Carnero y dos altas plumas, o con una cobra sobre la cabeza. En su versión animal se representa como una serpiente enroscada en un cetro, y cuando está con su marido Shu, ambos aparecen como leones, adorados en Leontópolis y Oxirrinco, en el delta.

HISTORIA

En los “Textos de las Pirámides” del Imperio Antiguo aparece con un paredro (dios inferior asociado ) llamado Tefen, que fue sustituido por Shu cuando se incorporó a la cosmogonía de Heliópolis. En Época Ptolemaica aparece representada como unos labios en el acto de escupir. Tuvo un santuario en Heliópolis llamado Menset.

 

EL MITO DE LA DIOSA LEJANA

Tefnut , aburrida de la cómoda vida que llevaba junto a los demás miembros de la Enéada , decidió marcharse al sur de Egipto convertida en el “Ojo de Ra” y empezó a aniquilar a cuanto ser humano encontraba a su paso, sedienta de sangre. Sólo el inteligente Thot, en compañía de su marido Shu, fue capaz de hacerla retornar. Para ello, tuvieron que refrescarla en la primera cascada del Nilo, de ahí que también se la relacione con la benéfica crecida del río. En el Imperio Medio se la identificó con la diosa madre Maat , y en el Mito de Osiris compartió papeles con Sejmet y con Hathor, que también adoptaban la forma del Ojo de Ra, aunque estuvo relacionada con todas las diosas leona.

"Hemos visto un mundo que fue, o acaso mejor, una sucesión de mundos que fueron y ya no son. Pero las piedras hablan y en ellas los signos están escritos”

(Juan Marín, El Egipto de los Faraones, 1954: 380).​