DIOSES DE LA ENÉADA

ATUM, SEÑOR DE HELIÓPOLIS

Valle de las Reinas / Tumba de Nefertari Dinastía XIX.

Dios del sol y creador del universo en la Cosmogonía Heliopolitana. Fue llamado “Señor de Heliópolis”, “El que existe por sí mismo”, “La totalidad” y “Padre de todos los dioses”, entre otros apelativos. Como cabeza de la Enéada, dio lugar al mayor número de mitos y a los dioses más populares de toda la historia egipcia. Surgido del caos primordial, el “Nun” en donde yacía presente, se situó en la colina primordial, donde se auto fecundó con su mano (obedeciendo a un principio de totalidad, donde en él conviven los aspectos femeninos y masculinos), dando vida a la primera pareja de dioses primordiales: “Shu”, el aire y “Tefnut”, la humedad.


ICONOGRAFÍA

Figura masculina que porta la doble corona, símbolo de la unidad de las dos tierras, barba ritual, cola de toro, cetro “uas” y el símbolo de la vida “anj”. En la imagen 1, (perteneciente a la Tumba de Nefertari D.XIX) lo vemos sentado en su trono, con los atributos mencionados. En la imagen 2, placa que muestra al faraón Amenemhat IV (MET. D.XII) a la derecha, quien ofrece un recipiente que contiene ungüento al dios creador Atum. Imagen 3, (Brooklyn Museum, D. XXVI) una cobra con cabeza de hombre representa al dios Atum, quien nadó en las aguas primigenias que existían antes de que existiera la tierra. Cuando Atum representa al sol en el mundo subterráneo, aparece como un hombre con cabeza de carnero. Asociado a Ra, las posibilidades se multiplican y puede aparecer bajo la forma de numerosos animales, como toro, halcón, mono, escarabajo y león, entre otros.

HISTORIA

Tuvo su aparición durante el imperio antiguo, donde se hallan registros en los textos de las pirámides. Ya su fusión con el dios del sol Ra, lo convirtió en el padre protector del monarca aproximadamente desde la IV Dinastía. En los textos de las pirámides era la divinidad (como padre del rey) que cogía el cuerpo del monarca cuando este moría. En un principio, Atum se identificaba con el sol poniente que acompañaba a los muertos y los llevaba a través del mundo subterráneo hasta el nuevo amanecer. Cuando se convirtió en Atum-Ra, se fusionaron los dos soles, el del cielo y el de la oscuridad, y el dios resultante se convirtió en el disipador de las tinieblas.

Durante mucho tiempo fue el mismo dios con Ra, pero con el tiempo se fue transformando en una de sus manifestaciones. En el libro de los muertos del imperio nuevo, es Ra quien viaja a bordo de La Barca Solar, quien se hace llamar “Jepri” al amanecer, “Horajti” al mediodía y “Atum” al anochecer, representado en este caso como un anciano apoyado en un bastón, seguido por un dios potencialmente joven y vigoroso.

Metropolitan Museum Of Art / Placa de Amenemhat IV / Dinastía XII.

Brooklyn Museum / Época Ptolemaica / Dinastía XXVI

"Hemos visto un mundo que fue, o acaso mejor, una sucesión de mundos que fueron y ya no son. Pero las piedras hablan y en ellas los signos están escritos”

(Juan Marín, El Egipto de los Faraones, 1954: 380).​