DIOSES DE LA ENÉADA

GEB, SEÑOR DE LA TIERRA

Detalle del papiro funerario de Nespekashuti, en el museo del Louvre.

Dios de la tierra y la fertilidad que forma parte de la Enéada Heliopolitana. Soporta el mundo. Es nieto de Ra, hijo de Shu, el aire, y Tefnut, la humedad, y esposo de Nut, la bóveda celeste.


ICONOGRAFÍA

Hombre de perfil con el pene erecto, el “ureus” sobre la frente y una pequeña oca o ganso sobre la cabeza, aunque también puede llevar la corona blanca, el Atef, la doble corona e incluso la corona roja del Bajo Egipto. Cuando figura con los demás dioses de la familia aparece de espaldas en el suelo con una rodilla alzada y apoyado en un codo, tal vez simbolizando las montañas, debajo de Nut, que se arquea por encima de él separada por Shu, el aire. En Coptos se puede ver como un cocodrilo.

HISTORIA

Aparece en los “Textos de las Pirámides” , donde se le describe con un brazo hacia el cielo y el otro hacia la tierra. Pudo haber sido una divinidad local integrada en la Enéada, aunque no se sabe a ciencia cierta. Figura en la Cosmogonía de Heliópolis desde la III dinastía, denominado «El gran graznador» y relacionado con el huevo cósmico del que nació Ra. No olvidemos que ese huevo, que aparece sobre la isla “ben ben” que emerge del Nun, fue puesto por una oca, y que Geb lleva una sobre la cabeza. Cuando Ra le otorga a su esposa Nut, permanecen tan unidos que el dios sol, molesto, ordena a Shu que se coloque entre ambos y que no vuelvan a yacer juntos durante los 360 días del año. Una leyenda cuenta que sus esfuerzos, o sus risas, para alcanzar a su esposa en tan incómoda postura provocan los terremotos. Su falo , cuando aparece, puede estar en reposo o alzado hacia el cielo, en dirección hacia Nut. Para evitar el sufrimiento de Geb y Nut, Thot, el dios del conocimiento, se metió en la historia y se las arregló para alargar el año en los cinco días “epagómenos” en los que Nut dio a luz a sus cuatro hijos, los más conocidos en la Enéada y al dios Horus (aunque éste será siempre hijo de Osiris y por tanto, su nieto). A partir de aquí, todos los simbolismos son posibles. Como padre de Horus, es padre del rey. Como esposo de Nut, representa la fertilidad. Siendo dios de la tierra, protege todo lo que hay en ella, vegetales, animales, seres humanos, incluso suele ser representado de color verde, como Osiris. Por otra parte, se creía que la cebada crecía de sus costillas. Hapy, dios de la inundación, es considerado su amigo. En algunos conjuros de curación se menciona una planta conocida como «planta de Geb», el jenem, que cura las picaduras de los escorpiones.

Tumba de Nefertari, Valle de las Reinas.

Como dios ctónico, relacionado con el mundo subterráneo, representa la caja del sarcófago, o su parte inferior, mientras que Nut representa la tapa, así como uno representa el suelo de la tumba y el otro el techo, creando un cálido y familiar ambiente para el difunto. Pero si el difunto era condenado, el Libro de los Muertos nos dice que también se encargaba de encadenarlo. En ocasiones está presente en la Sala de las Dos Verdades, vigilando el pesaje del corazón del difunto. También a veces actúa de guardián de las puertas del mundo subterráneo. Participó del mito osiríaco y estuvo presente en las luchas entre Horus y Set apoyando siempre al hijo de su primogénito Osiris, al que rescata del agua donde lo había arrojado Set. En este aspecto, se convierte en defensor del rey (el heredero de Geb) en los lugares en que éste representa la victoria de Horus. Fue adorado en Heliópolis, Tebas, Edfú y Kom Ombo.

"Hemos visto un mundo que fue, o acaso mejor, una sucesión de mundos que fueron y ya no son. Pero las piedras hablan y en ellas los signos están escritos”

(Juan Marín, El Egipto de los Faraones, 1954: 380).​